LOS RIESGOS POST-ACCIDENTE

Cuando se produce un accidente de tráfico en carretera, los agentes actuantes como rescatadores no son inmunes a sufrir las consecuencias de toda una serie de peligros latentes tras el accidente.
Haciendo caso a la regla básica de protocolo PAS (proteger, avisar, socorrer), es imprescindible que todo equipo de rescatadores tenga en cuenta estos riesgos ANTES de centrar la atención en rescatar a las posibles víctimas y reevalúe el estado de estos riesgos en todo momento por si es necesaria alguna actuación al respecto.


A grandes rasgos, y con el fin de ayudar a la clasificación de los riesgos derivados de un accidente de tráfico en carretera, podemos agrupar estos peligros en dos grandes categorías:

A- Riesgos o peligros EXTERIORES.
Proponemos agrupar en esta categoría todos aquellos riesgos que pueden generarse o manifestarse fuera del vehículo. Para que nos entendamos, serían los peligros que producen sus efectos fuera del vehículo y sobre los cuales ya podemos actuar desde el exterior.

- Sobreaccidente. Uno de los riesgos más comunes con los que deben lidiar los rescatadores. Es habitual que, tras una colisión en carretera, se produzca otro accidente por culpa de la ocupación anormal de la calzada por parte de los vehículos implicados o por culpa de la distracción que el siniestro suele generar a los otros conductores.

Es imprescindible que se evite en la medida de lo posible un sobreaccidente i, aún más, que este otro accidente afecte directa o indirectamente al primero.
Se debe evitar que los rescatadores tengan que ser rescatados.
Una manera fácil y eficaz de evitar el sobreaccidente es colocando los vehículos de emergencias de tal manera que se establezca una barrera física entre el tráfico rodado y los vehículos accidentados.
Una acción también prioritaria es señalizar bien la zona del accidente con señales luminosos a la distancia que el código de seguridad de cada zona establezca.

- Materias Peligrosas. Un riesgo habitual en accidentes de camiones cisterna o vehículos comerciales es el de las materias consideradas peligrosas. Aún así, y dado que dichos vehículos deben indicar claramente qué tipo de sustancias llevan, no suele ser un impedimento para que los equipos de emergencias adopten las medidas necesarias desde el primer momento. Un error frecuente es menospreciar el riesgo de materias peligrosas en vehiculos de particulares o turismos en general, ya que la atención se suele centrar en los pasajeros y no en el portaequipajes o maletero.
Una carga, por pequeña que sea, de bombonas de camping gas, pastillas para encender el fuego de la barbacoa o botes a presión de todo tipo, puede conllevar un peligro añadido que debemos tener en cuenta.

- Riesgo de choque eléctrico. Un accidente en que se haya visto afectado un palo del tendido eléctrico o de iluminación, puede generar corriente eléctrica sobre el vehículo accidentado y comprometer seriamente la seguridad de víctimas y actuantes. Un paso vital en este caso es desconectar la tensión eléctrica de la zona antes de acceder a ella.


B- Riesgos o peligros INTERIORES.
Por riesgos de interior, entendemos todos aquellos riesgos con los que tienen que actuar los equipos de emergencias cuando acceden en el interior del vehículo o en el área inmediatamente próxima a él.

- Riesgos traumáticos: cortes, fracturas, contusiones. Tras un accidente de coche, la estructura del vehículo puede quedar seriamente dañada hasta el punto que el habitáculo o la carrocería pueden haberse deformado o seccionado, lo que puede ser un grave peligro para los equipos de emergencia que accedan al interior del coche.
Para minimizar este tipo de peligros, es necesario un equipo de protección eficaz  (chaqueta, cubrepantalón, casco, guantes, etc).

- Infecciones. Está claro que un accidente de vehículo en carretera no es un lugar higiénicamente ideal. Es muy habitual que las víctimas sangren o emitan otros tipos de fluidos corporales que pueden ser focos de infección, así como también pueden ser focos de infección partes cortantes de la estructura maltrecha del vehículo. Un equipo de protección básico (guantes de látex, mascarilla, gafas de protección) es indispensable para evitar infecciones.

- Riesgos psicológicos. Un accidente de vehículo no es un escenario emocionalmente agradable. Las personas que forman parte del equipo de emergencias están entrenadas para afrontar estas situaciones de estrés pero hay situaciones que pueden desbordar al personal de rescate.
Las situaciones límite especialmente sensibles serían, por ejemplo, la implicación en el siniestro de menores de edad, conocidos o familiares, e incluso el sobreaccidente con afectación de compañeros.
Es importante que cada miembro del equipo de rescate tenga en cuenta esta posibilidad para atender al compañero que lo necesite o relevarlo en sus funciones para que el servicio no quede afectado.