REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP) A BEBÉS Y NIÑOS

En esta entrada aprenderemos cómo se realiza la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) a bebés y niños gracias a Carlos Luaces Cubells, jefe de sección de urgencias del Hospital San Juan de Dios, y Jesús Lorenzo Payeras Grau, médico de urgencias del Hospital San Juan de Dios.

Desgraciadamente, en algunas situaciones podemos estar ante la presencia de un bebé o un niño que tiene dificultad respiratoria y/o está en riesgo de parada cardiorrespiratoria debido a un accidente o alguna patología. Por este motivo creemos necesario ofrecer las guías básicas para realizar la RCP. Es sencilla y puede salvar muchas vidas!

¿Qué pasos debemos seguir? Los pasos de la RCP siguen una secuencia lógica para garantizar la efectividad y éxito de la técnica. Por eso no debemos saltar ningún paso:

1) Verificar el nivel de conciencia del niño. Podemos preguntarle cómo se encuentra o hacerle leves sacudidas o golpes, siempre que tengamos la certeza de que no sufre ninguna posible lesión en el cuello o en la cabeza a causa de un accidente. Observar si se mueve o hace algún ruido.

2) Si obtenemos respuesta. Si el niño responde moviéndose o verbalmente, tendremos que dejar al niño en la posición en el que la hemos encontrado (a no ser que esté expuesto a algún peligro adicional), comprobar su estado y pedir ayuda si es necesario.

3) Si no obtenemos respuesta, pedir ayuda. Si el niño está inconsciente debemos pedir ayuda a alguna persona cercana. Si no hay nadie cerca, no debemos dejar solo al niño.

4) Colocar al niño boca arriba. Debemos tumbar al niño sobre una superficie dura y plana, con la cabeza boca arriba y las extremidades alineadas. Es importante evitar torcer la cabeza y el cuello, ya que si el niño ha sufrido un accidente podría sufrir lesiones cervicales.

5) Abrir las vías respiratorias. Para la apertura de las vías respiratorias, se realizará la maniobra frente-mentón destinada a facilitar la entrada de aire por la boca. Para evitar que la lengua caiga hacia atrás, debemos levantarle la barbilla con la cabeza fija y con una mano. Asimismo, con la otra mano inclinaremos la cabeza del niño hacia atrás empujando la frente hacia abajo con la otra mano. En caso de presencia de un cuerpo extraño visible y fácilmente extraíble en la boca, se intentará retirar con la punta de los dedos, pero nunca le realizaremos una revisión médica a ciegas de la cavidad bucal.

6) Valorar y comprobar la respiración del niño. Tenemos que poner el oído cerca de la nariz y boca del niño y observar el tórax para comprobar si respira. Observaremos, escucharemos y oiremos durante no más de 10 segundos antes de decidir si la víctima respira con normalidad. Si hay alguna duda actuaremos como si NO fuera normal.
         
7) Si respira, lo colocaremos en posición lateral de seguridad (PLS) siempre que sea posible y llamaremos a urgencias hasta la llegada de los equipos asistenciales, comprobando en todo momento su respiración.

En lactantes, la PLS resulta complicada. Debemos procurar poner el lactante en una superficie dura aunque sea con un soporte, ya que así mejorará la permeabilidad de la vía respiratoria y disminuirá el riesgo de atragantamiento con vómitos o secreciones.

8) Si el niño no respira y estamos acompañados de otra persona, hemos de indicarle que avise a emergencias (112). Nosotros, mientras tanto, no nos separaremos del niño e iniciaremos la respiración artificial (boca-boca). Por ello, nos colocaremos de rodillas junto a la cabeza del niño y seguiremos los siguientes pasos:
• Abrir las vías áreas.
• Tapar la nariz del niño.
• Inspirar profundamente.
• Colocar nuestros labios alrededor de la boca del niño (si es menor de un año podemos cubrir la boca y la nariz a la vez de manera que quede completamente sellada).
• Realizar 5 insuflaciones de rescate (soplos) uniformes hasta comprobar que el tórax del niño se eleva. Retirar la boca para tomar aire y observar que el tórax vuelve a bajar. Entre cada insuflación debemos mantener la posición de la cabeza y las manos pero debemos retirar la boca para facilitar la espiración. 

9) Comprobar señales de vida. Para comprobar las señales de vida, deberemos observar signos de tos, movimientos y / o respiración.
  • Si presenciamos señales de vida: seguir con la ventilación boca a boca a un ritmo de 20 por minuto hasta la llegada de los servicios de asistencia comprobando en cada momento su estado de respiración y los latidos de su corazón.
• Si NO presenciamos señales de vida: si el niño sigue inconsciente, no respira, no se mueve o tiene mal color, son otras señales que su corazón no late. Iniciaremos las compresiones torácicas.



10) Realizar las compresiones torácicas. El objetivo es comprimir el tórax contra el hombro de forma rítmica para conseguir que la sangre salga del corazón y circule por el cuerpo. Colocaremos el niño boca arriba en un plano duro y con las extremidades alineadas y seguiremos estos pasos:
• Colocar el talón de la mano en el esternón, justo por debajo de los pezones, nunca en el extremo del esternón. En los niños menores de 1 año, colocaremos 2 dedos, y en niños mayores de 8 años podemos utilizar las dos manos.
• Colocar la otra mano de modo que aguante el frente un poco inclinado hacia atrás.
• Aplicar presión hacia abajo en el pecho del niño comprimiéndolo entre 1/3 y ½ de su profundidad.
• Hacer 30 compresiones dejando que el pecho se eleve completamente. Tendremos que hacer estas compresiones de forma rápida, fuerte y sin pausa.
• A continuación hacer 2 insuflaciones más.
• Continuar la RCP (30 compresiones cardíacas, seguidas de 2 insuflaciones y repetir).

11) Llamar a urgencias y comprobar señales de vida. Si al cabo de un minuto de comenzar la RCP, seguimos solos y no hemos podido llamar a urgencias (112), tendremos que hacerlo ahora aunque tengamos que abandonar momentáneamente al niño.

A los 2 minutos habremos de comprobar la eficacia de nuestras maniobras: aparición de señales de vida y / o respiración espontánea.

12) Finalizar la RCP. Tendremos que seguir combinando 30 compresiones torácicas con 2 ventilaciones hasta que:
• Llegue la ayuda del profesional.
• La víctima recupere la respiración efectiva.
• Estemos exhaustos.

Es importante recordar que no es recomendable realizar maniobras de reanimación con el lactante en brazos y en movimiento. Sólo de forma excepcional podemos movilizar el niño, en caso de que nos desplazamos para solicitar ayuda, y continuar las maniobras al otro lugar.

Nunca debemos subestimar lo que pueda hacer un niño. Seguramente es capaz de hacer muchas más cosas de las que creemos que puede hacer. Por eso es recomendable estar siempre atentos a lo que está haciendo y estar preparados ante una urgencia.

Por último, creemos que aunque todos los padres, otros familiares e incluso maestros, deben conocer la técnica del RCP, son los padres de niños con problemas de salud debido a patologías crónicas, especialmente del corazón o de respiración, los que deben conocer cuando se puede producir una parada cardiorrespiratoria y cómo utilizar la RCP lo antes posible.

Aconsejamos que vean estos vídeos sobre la RCP:
RCP para lactantes.
RCP para niños mayores de 1 año.

A diferencia de los adultos, son causas evitables las que provocan que se deba practicar la RCP en la mayoría de niños. Teniendo en cuenta esta premisa, es mejor prevenir siguiendo estos prácticos consejos:
Prevenir lesiones por accidentes de tráfico. Utilizar sillas homologadas según la edad del niño y conducir con precaución y sentido común.
• Prevenir atragantamientos con alimentos o cuerpos extraños. Enseñar al niño qué debe comer y lo que no, y hacerlo de forma pausada. En niños más pequeños hay que estar atentos que el niño no se trague objetos pequeños.
• Dar al niño juguetes aptos para su edad, que hayan pasado todos los controles de seguridad y calidad.
• Prevenir la ingesta de productos tóxicos. Mantener productos tóxicos, medicamentos, productos de limpieza, etc. fuera del alcance de los niños.
• Enseñar al niño a nadar desde pequeño.
• Enseñar al niño educación vial y a ir en bicicleta, triciclos, etc. de forma segura.
¿Cómo podemos evitar tener que hacer la RCP?

¿Qué es la RCP?La reanimación cardiopulmonar básica (RCP) es el conjunto de maniobras que permiten identificar si un niño está en situación de parada cardiorrespiratoria y realizar una sustitución de las funciones respiratoria y circulatoria, sin ningún equipamiento específico, hasta que la víctima pueda recibir un tratamiento más cualificado.

¿Por qué es necesario utilizar la RCP?Por suerte, la parada cardiorrespiratoria es poco frecuente en niños, pero es importante conocer en qué consiste la RCP por si nos encontramos en una situación en la que la respiración o los latidos cardíacos de un niño se han detenido por varias causas:
• Accidentes: de tráfico, por ahogamiento, sensación de ahogo, asfixia con objetos, electrocución, intoxicaciones, asfixia u otras lesiones.
• Patologías: congénitas graves u otras patologías como la bronquiolitis, asma, tos ferina, etc.
• Infecciones graves: como la meningitis.
Si en poco tiempo no se restablecen las funciones vitales dentro de la normalidad y el flujo de sangre del niño se detiene, se puede presentar daño cerebral o incluso la muerte. Por eso es importante continuar con la RCP hasta que vuelva el latido del corazón y la respiración del niño o hasta que llegue ayuda médica.

¿Quién debe hacerla?La importancia de la RCP radica en que cualquier persona que conozca la técnica (padres, familiares, maestros, profesionales de la salud, etc.) Puede realizarse en cualquier lugar y sin tener que esperar. De hecho, es vital iniciar la RCP en los tres primeros minutos después de la parada cardiorrespiratoria ya que sino, la probabilidad de que el niño sufra secuelas es muy alto. La muerte puede ocurrir en sólo 4 o 6 minutos.

Ante qué síntomas hay que actuar?Los síntomas a los que debemos estar alerta ante un niño son:
• Pérdida de conocimiento.
• Parada respiratoria.
• Ausencia de señales de vida.

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