RIESGOS PARA LOS ACTUANTES EN ACCIDENTES DE TRÁFICO

Los miembros de los equipos de rescate, especialmente los bomberos, están acostumbrados a realizar intervenciones en las que los peligros son muy evidentes, como por ejemplo, en grandes incendios estructurales o forestales. Este hecho es bueno de cara a la autoprotección, ya que la sensación de estar en peligro hace que se tenga más presente el cuidado de uno mismo. En el caso de los accidentes de tráfico los peligros por los actuantes no son tan evidentes. De hecho, el rescate viario es considerado, especialmente por los bomberos poco experimentados, como un tipo de servicio al que se va a salvar vidas, no a arriesgar la propia.
Ahora bien, contrariamente a lo que pudiera parecer, el entorno de un accidente de tráfico no está libre de riesgos para los actuantes y, lo que es peor: muchos de estos peligros no son minimitzables, ya que dependen de variables como el clima, el día de la semana o el tipo de vía en la que se produce el siniestro.

Es por todo ello que es fundamental conocer todos estos riesgos para poder tomar las medidas adecuadas para tratar de neutralizarlos de la manera más eficaz posible.

- Riesgo de sobreaccidente.
- Riesgo de atropello.
- Riesgos derivados de la inestabilidad de los vehículos.
- Riesgo de incendio.
- Riesgo para airbags no activados.
- Riesgos por mal uso de las herramientas de rescate.
- Riesgos sanitarios.
- Estrés.
- Presencia de materias peligrosas.

Así, los riesgos para los intervinientes se podrían clasificar de la siguiente manera:

Riesgo de sobreaccidente
Se entiende por sobreaccidente la invasión de la zona de rescate por parte de uno o varios vehículos en tránsito, resultando afectadas personas o vehículos ubicadas en la misma.

La probabilidad de sobre accidente será mayor en función de los siguientes factores:
- Si el "accidente se produce de día o de noche, ya que la visibilidad varía
 considerablemente.
- Si el siniestro es en fin de semana, especialmente por las noches, ya que la
 probabilidad de que los conductores de los vehículos en tránsito estén bajo los efectos del "alcohol o" otras sustancias es mayor.
- Climatología: hay que tener muy presente aspectos como el frío, la nieve o el
 hielo y la lluvia, ya que incrementan las distancias de frenado. Además, la niebla hace disminuir las distancias de percepción.
- Tipo de vía: en cuanto a este punto hay que tener presente especialmente dos
 aspectos: si la vía es de  sentido único o de doble sentido. Esto determinará en gran medida por donde pueden venir los vehículos en tránsito. La sinuosidad de la vía: en una carretera con muchas curvas, las distancias de  percepción del tráfico que se aproxima disminuyen drásticamente.

Para minimizar el riesgo de sobre accidente será necesario:
- Organizar correctamente "Área General" Operaciones generando un área de trabajo seguro.
- Señalizar la zona atendiendo al riesgo real y coordinarse con los otros servicios actuantes, especialmente con los cuerpos policiales.

Riesgo de atropello
Al riesgo de sobreaccidente podemos añadir el de atropello. Para evitarlo, además de las acciones descritas para evitar el sobreaccidente, hay que tener presente:
- No bajar del vehículo del servicio de manera precipitada en llegar al
 siniestro y siempre que sea posible, hacerlo por la banda que da al margen de la vía.
- Llevar el equipo completo (casco, guantes, chaquetón, sobrepantaló y botas
 con puntera reforzada), para garantizar que seremos vistos por los conductores.
- Siempre que se tenga que salir de la zona de rescate o de la parte trasera de un
vehículo, comprobar la posible presencia de tráfico de aproximación.

Riesgos derivados de la inestabilidad de los vehículos
Los vehículos inestables son un riesgo para los actuantes y por las propias víctimas, por lo que deben realizarse todas las maniobras de estabilización antes de empezar las maniobras propias de la excarcelación.


Riesgo de incendio
El riesgo de incendio está siempre presente en un escenario de accidente de tráfico, especialmente si se produce derrame de combustible. Es por ello que al llegar a un accidente es necesario:
- Desarrollar y presurizar una instalación de agua.
- Cubrir posibles derrames de gasolina, si es necesario, con
espuma.
- Desconectar la/s batería/as cuando sea posible.

Hay que estar especialmente atento a la posible presencia de aleaciones metálicas a los vehículos incendiados, ya que esto provocará explosiones de cierta importancia al contacto con el agua de extinción.

Riesgo por presencia de airbags no activados
Protector de airbag.
La activación incontrolada de airbags no activados en un accidente es posible, si bien hay que tener presente que no es demasiado probable. No obstante, teniendo presente la magnitud de las consecuencias que una activación de "este tipo podría tener y que cada vez n" hay de más tipos, vale la pena tener presentes las siguientes consideraciones:
- Antes de iniciar cortes u otras maniobras agresivas sobre la estructura del  vehículo, hay que desconectar la/s batería/as, si es posible.
- Hay que quitar la tapicería previamente de las zonas de corte para evitar el corte de  cilindros de gas.
- No hay que cortar ni presionar sobre la unidad de control ECU
- Utilizar protectores de "airbag, si se" n dispone.
- Hay que intentar respetar las distancias de seguridad respecto a los airbags,  que son:
Airbag de conductor: mínimo 30 cms.
Airbag de acompañante: mínimo: 50 cms.
Airbag lateral: mínimo 15 cms.
Airbag de cortina: mínimo 40 cms.

Protector del montante B.
Riesgo por mal uso de las herramientas de rescate
Las herramientas de rescate se caracterizan por su gran contundencia. Es por ello que un mal uso puede comportar afectaciones a los usuarios y también a las víctimas. Si bien las herramientas que pueden causar lesiones son muchas, las que más habitualmente plantean problemas de seguridad son las herramientas hidráulicas y la sierra de sable.
Para minimizar estos riesgos es necesario:
- Acabar el corte con la herramienta perpendicular a la pieza a cortar (corte
 mejorado).
- Evitar separaciones de puntas superiores a los 3 mm para evitar el riesgo de
rotura.
- Sujetar las piezas que quedarán libres antes de cortarlas.

- Mantenerse en el área libre de la herramienta.
- Cortar los montantes B y las taloneras en "V" para evitar zonas especialmente reforzadas.
- Controlar correctamente la eyección de las puertas.
- Proteger rápidamente las zonas cortadas.
- Quitar la tapicería antes de cortar con el fin de evitar zonas reforzadas, cilindros
 de gas de los airbags o pretensores de los cinturones de seguridad.
- Con la sierra de sable y siempre que sea posible, cortar de dentro hacia
 fuera.

Riesgos sanitarios
Los escenarios de accidente de tráfico presentan evidentes riesgos sanitarios para los intervinientes.
Generalizando, podemos hablar de dos grupos de riesgos:
- Contagios.
 En cuanto a los contagios, es evidente que la exposición al contacto con fluidos corporales, especialmente con sangre de las víctimas, puede dar lugar a la transmisión accidental de enfermedades, por lo que hay que evitar este contacto al máximo y utilizar los EPIs adecuados.
- Cortes, heridas
y contusiones diversas. Entre las lesiones de este tipo más habituales encontramos:
a) Lesiones provocadas por las propias herramientas de rescate, como podrían ser
 cortes o aplastamientos con las herramientas hidráulicas, cortes con la sierra de sable, etc.
b) Lesiones provocadas por contactos con estructuras cortantes no protegidas, sin
llevar los EPIs adecuados. Para evitarlo, hay que proteger las zonas previamente cortadas (montantes, techos con sierra, etc.) Justo después de cortarlas, y no esperar a completar la maniobra.

Estrés
Los bomberos somos siempre víctimas potenciales en una situación estresante. Este estrés puede manifestarse en forma de estrés agudo en el lugar del accidente o como estrés post traumático.
Si nos ajustamos al entorno de la intervención en accidentes, es necesario que nos refiramos específicamente al riesgo de estrés agudo, que se presentará habitualmente cuando haya incidentes críticos que modifiquen o agraven las condiciones habituales de accidente, a las que los bomberos ya estan, en principio, acostumbrados.

Estas situaciones de especial vulnerabilidad serían:
- Muerte o lesiones graves de un compañero (sobre accidente o
 atropello).
- Responsabilidad en un accidente producido durante las tareas de la
 intervención.
- Muerte o lesiones graves de víctimas sensibles, especialmente niños.
- Muerte o lesiones graves de una persona conocida (conocimiento previo de la
víctima).
- Intento frustrado de rescate de una víctima o muerte de la víctima durante el
salvamento.
- Sufrir uno mismo lesiones graves o sufrir una situación crítica para la propia vida durante la intervención.
- Accidentes de múltiples víctimas y / o de larga duración


Ante una situación de estrés agudo por parte de un rescatador, es necesario:
- Alejarlo del entorno del accidente, especialmente del factor crítico que ha
 provocado la situación de estrés agudo y apartarlo de posibles espectadores.
- Explicarle que los compañeros ya se encargan de seguir con el
rescate.
- No dejarlo solo y dejar que se exprese (llanto, rabia, desconsuelo,
...).
- Animar a controlar la respiración y a iniciar ejercicios de
relajación.
- Valorar la
necesidad de asistencia médica, con o sin medicación ansiolítica.

Presencia de materias peligrosas
El rescate de una víctima atrapada en un vehículo que se ha visto implicado en un accidente de tráfico con presencia de vehículos de transporte de mercancías peligrosas, es especialmente delicado y complicado debido a la naturaleza de dichas materias. Los rescatadores pueden enfrentarse, además, con productos inflamables, corrosivos, tóxicos, etc. por lo que deben tomarse las medidas de protección adecuadas en función de la especificidad de cada peligro.

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